-...hola..., dice timidamente Herminia,
- sii, quien habla- contesta una voz masculina y apurada,
...si, mire me llamo Herminia, contesta, resulta que usted paso por la estación y se le cayó un papel, en realidad un número del quini...
-hay, ¡no puede ser! a ver...(se sienten ruidos mientras protesta), no qué estúpido, no lo tengo...
-bueno no se preocupe, yo estoy en la estación del subte A
- no se mueva voy para alla!!!
Herminia sonríe y guarda el celular en el bolsillo, camina lentamente mientras ve como la mujer con muchas bolsas sube al subte llevándose por delante a todo el mundo, la gente la mira con fastidio y ella como si nada, una parejita llega corriendo y alcanza a subir antes que cierre las puertas, el subte sale rápidamente y del otro lado una mujer haraposa con un bebé en brazos se acomoda en el suelo al lado de la escalera para pedir limosna, la tristeza vuelve a inundar el corazón de Herminia cuando ve cómo la mujer pellizca al bebé para que llore mientras ella estira la mano con cara de infeliz... indignada quiere gritar y llorar cuando una mano le toca el hombro, asustada Herminia gira y vé al muchacho que le sonríe y le habla, ello no escucha nada solo vé sus ojos azules, azules como el cielo, como el mar, azules como la vida...